La llegada de Guillermo Jack a Santiago del Estero marcó una etapa de continuidad y consolidación para la iglesia. Sucediendo al fundador Alfredo Furniss, Jack no solo mantuvo, sino que también fortaleció los pilares de fe y comunidad establecidos por su predecesor. Su liderazgo, basado en la enseñanza del Evangelio y en la edificación espiritual de la congregación, reflejó un profundo compromiso con los principios cristianos.
El legado de Guillermo Jack no se mide solo por los años de su servicio, sino por la calidad de su ministerio y su dedicación a la formación de una comunidad unida y fiel. Bajo su guía, la iglesia experimentó un crecimiento en la fe y en la práctica del amor cristiano, principios que siguen siendo fundamentales hasta el día de hoy.
Guillermo Jack es recordado como un siervo fiel cuyo trabajo preparó el camino para futuros líderes. Su vida y servicio inspiran a las generaciones actuales y futuras a vivir de acuerdo con los valores del Evangelio, a servir con humildad y a contribuir a extender el evangelio hasta lo ultimo de la tierra